Rajoy, madridista declarado, lleva al gobierno al PP, partido con el que el equipo blanco y Florentino Pérez siempre han mantenido una magnífica y rentable relación. [El 9]
Existe la certeza de que dentro de su estudiada ambigüedad, [Rajoy] se decanta más por el color blanco que por el blaugrana. Las aficiones de Rajoy no deberían de resultar una cuestión trascendente, lo verdaderamente preocupante es la amplia concentración de poder político en la capital con la presidencia del gobierno, la comunidad autónoma y el ayuntamiento del PP con cuyos mandatarios tan estrechas relaciones mantiene todo un conseguidor de voluntades como Florentino Pérez. Con este escenario el palco del Bernabéu, que tanto gusta de cultivar el presidente madridista, amenaza en convertirse en uno de los mayores centros de influencia política y de negocios del país. Algo que sin duda no beneficia para nada al Barça. [Lluis Canut / Mundo Deportivo]
La primera Champions que un equipo de la Liga ganó en democracia fue la que el Barça conquistó en Wembley en 1992. Anteriormente, mientras Franco imponía su doctrina fascista por la fuerza y las cámaras registraban en blanco y negro lo que querían, el Real Madrid ganaba peso en Europa. [...] La bipolaridad existente, supuesta o real, entre los triunfos del Barça con socialistas en el gobierno y los del Real Madrid con el Partido Popular mandando se intensificó a partir de la llegada de José María Aznar. El ‘amigo’ de Bush trajo suerte, entre otras muchas cosas, a los blancos. Exhibía su pulsera madridista en las Azores y la lucía orgulloso. Corrían buenos tiempos para su equipo, el que mejor representaba a España y su identidad. El Real Madrid, con Aznar al mando, ganó tres Champions, las tres en color que posee. Lo hizo en 1998, 2000 y 2002. [...] Cuando las urnas, su déspota utilización de la mayoría absoluta y la gestión cobarde y electoralista que hizo de los ataques terroristas del 11-M dieron carpetazo a sus ocho años de gobierno, la suerte empezó a sonreír al Barça, dejando al Madrid de lado. Llegaron los socialistas, otra vez ellos, y el club blaugrana volvió a hacerse grande en Europa. La presencia de un presidente español en la Moncloa que nunca ha escondido su afinidad con el Barça permitió iniciar el reinado europeo. [Iván San Antonio / Sport]
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