lunes, 30 de enero de 2012

FC St. Pauli, rebeldes del norte




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Hamburgo siempre ha destilado un cierto aroma libertario, completamente ajeno a la tradicional rectitud y formalidad alemanas. Con su importante puerto marítimo (el segundo más grande de Europa tras el de Rotterdam), la ciudad hanseática siempre ha sido marco del lógico ir y venir de barcos, marineros y personajes variopintos venidos de cualquier parte del mundo, que han ido conformando históricamente el carácter abierto y desenfadado de la ciudad. Además, el intenso comercio marítimo ha sido a lo largo de los años una generosa fuente de riqueza para Hamburgo y sus gentes, ayudando a construir una ciudad elegante, moderna y cosmopolita como pocas en Alemania.

Pero paralelamente, y casi de espaldas a la versión “guapa” de Hamburgo, el distrito de Sankt Pauli ofrece una versión quizá más cruda y descarnada de las realidades de una ciudad portuaria. Creado de la nada con el nacimiento del siglo XVII para dar cobijo a todas aquellas gentes y actividades traídas o generadas por el tráfico marítimo que no eran del gusto de la refinada población de la urbe, Sankt Pauli fue modelando su propia personalidad al margen de la ciudad que le había dado vida, casi a modo de gueto. Su fama fue extendiéndose por todo el mundo, recibiendo miles y miles de visitantes (algunos tan ilustres como los embrionarios The Beatles) y dando lugar a uno de los distritos más inquietos y particulares del país germano. Y así sigue hoy, cuatro siglos después, convertido en un símbolo del desenfreno y la ausencia de normas. Como un oasis en la cuadriculada Alemania.

st-pauli-escudo.jpgComo no podía ser de otra manera, un fiel reflejo de la particularidad de este singular barrio lo encontramos en su equipo de fútbol, el FC St. Pauli, un caso sin igual en toda la vieja Europa. Fundado en 1910, el St. Pauli nunca ha sido un equipo destacado en Alemania, y son contadas las ocasiones en las que ha conseguido codearse con los grandes del país. La curiosa y original camiseta marrón de los “piratas del Elba” sólo ha sido defendida en siete ocasiones en la máxima categoría del fútbol alemán, la última en la campaña 2010/11.

Pero no es por sus éxitos o por su sala de trofeos por lo que el FC St. Pauli es un equipo tan especial. Llenar tu estadio con más de 15.000 espectadores jugando en la tercera categoría del país (Regionalliga Nord) no es algo que esté al alcance de cualquier club. El Millerntor-Stadion hace tiempo que no presenta huecos de cemento en sus gradas. En su lugar, la fiel hinchada del segundo equipo de Hamburgo abarrota un animado graderío, que engalana con banderas piratas (adoptada por el club de manera oficial) y símbolos antifascistas o de izquierdas, signos tan distintivos del club como su propio escudo.


team-pauli.jpgGuarida de prostitutas, reducto de movimientos punk y okupa, hogar de los estibadores del puerto y morada de gente joven y de clase trabajadora, la singularidad del distrito de Sankt Pauli queda bien patente en su equipo de fútbol. Identificado con unos ideales más propios del amateurismo que del fútbol profesional, el FC St. Pauli se convirtió a partir de su primer y fugaz ingreso en la elite en 1977, en plena eclosión mundial del punk, en todo un símbolo cultural y social. No fue impedimento para que los problemas financieros asolaran al modesto equipo hamburgués en la década de los 80, obligándole a purgar sus carencias económicas en categorías inferiores. Viviendo al día, con lo puesto. Como un integrante más de la clase obrera a la que aglutina.

Pocos clubes en el mundo tienen la claridad de ideas suficiente como para declararse pública y abiertamente antifascistas, antiracistas, antisexistas y antihomófobos. El FC St. Pauli y sus fans pasean sus ideales con orgullo. Pocos estadios europeos acogen a un número tan elevado de mujeres en sus gradas como el Millerntor, y juraría que ningún presidente de un club de fútbol de primer nivel ha reconocido públicamente su homosexualidad. Corny Littman, cabeza visible del FC St. Pauli, defiende sin pudor, en un ambiente tan hostil en ocasiones como el del fútbol, su condición sexual.

Con este marco tan particular, casi antisistema, no es de extrañar que el pasado año se celebrara en Sankt Pauli, con el club local como anfitrión, la conocida como FIFI Wild Cup, una suerte de campeonato del mundo alternativo disputado al margen del Mundial de la FIFA de Alemania, que enfrentó a los equipos de Groenlandia, Zanzíbar, Gibraltar, Tíbet y la República Turca del Norte de Chipre, además del organizador, “vestido” para la ocasión de República de Sankt Pauli, aunque compitiendo bajo los colores y el escudo del popular club. Una muestra más de las inquietudes socio-culturales de un club que va más allá del mero deporte.


 Poniéndome en la piel de estos, no sé qué me impresionaría más, si saltar al Allianz Arena o al Olímpico de Berlín, o hacerlo al pequeño Millerntor con las estruendosas campanadas iniciales del Hell’s Bells” de AC/DC como particular bienvenida.














domingo, 29 de enero de 2012

Futbol, birra, descuentos: la FIFA carga contra Brasil


El camino hacia el próximo Mundial Brasil 2014 empieza a resultar mucho más tortuoso de lo previsto.  La FIFA y el gobierno brasileño continúan sin poder ponerse de acuerdo acerca de dos cuestiones críticas. Una es la venta de entradas con descuento para estudiantes y jubilados.  La otra, la venta de alcohol en los estadios.
Las leyes brasileñas garantizan los discutidos descuentos a estudiantes y jubilados, algo que ciertamente podría comprometer los negocios de algunos importantes funcionarios de la FIFA, acusados una y otra vez de negociar la venta de entradas por canales informales. Y también existe en Brasil desde 2003 una ley nacional que prohibe la venta de cualquier bebida alcohólica en los espectáculos deportivos.  Ahora bien, que la cerveza estadounidense Budweiser sea uno de los principales patrocinadores oficiales de la FIFA y la Copa del Mundo convierte a esta ley en motivo de una pelea casi insalvable entre la FIFA y los poderes políticos del país de los pentacampeones.
Si analizáramos la cuestión con cierto rigor, lo que sucede en cada evento organizado por la FIFA bien podría considerarse un escándalo legal.  Una organización privada de alcance mundial, supuestamente sin fines de lucro, que no le debe rendir cuentas a nadie de sus desaguisados ya que se encuentra estratégicamente amparada por las permisivas leyes suizas pretende colocarse -y lo logra una y otra vez- por encima de las leyes de diversos Estados soberanos.
Desde luego, podría pensarse que es sólo una cuestión de negocios, pero las cosas a veces se llevan demasiado lejos.  En mundiales anteriores se han hecho públicos los casos de detenciones de espectadores por intentar llevar a cabo acciones de ambush marketing, o marketing de emboscada, como mostrarse en las tribunas con indumentaria promocional de marcas que no patrocinan a la FIFA.  Que agentes privados, a veces con el apoyo de fuerzas estatales locales, puedan realizar detenciones de ciudadanos sin ningún impedimento es sin dudas una aberración: no hay motivos para no considerarlo como privación ilegal de la libertad, una figura legal común en los estados democráticos.
Así las cosas, desde hace varios meses la FIFA ha presionado por un cambio en la legislación brasileña.  Esta semana, el secretario general de la organización, Jerome Valcke, estuvo nuevamente en Brasil para continuar con las negociaciones con el Gobierno.  Al mismo tiempo, algunos miembros del Congreso brasileño han decidido llevar adelante una campaña para que la ley se mantenga igual.
La situación no parece encontrar una solución, aunque la FIFA difundió hace pocos días un nuevo comunicado en donde se muestra optimista acerca de sus pretensiones de modificar la ley.
“La venta de cerveza en los estadios es parte de la cultura de los aficionados y también será parte de la Copa del Mundo 2014 de la FIFA”, dice el comunicado.  “Es importante señalar que la venta de alcohol se limitará a la cerveza, como se hizo en todas las Copas del Mundo de la FIFA anteriores. Confiamos que podremos resolver los pocos asuntos abiertos y que en marzo de 2012 podamos cerrar el capítulo de la ley 2014, para poder concentrarnos en los aspectos operativos de la organización de la Copa Confederaciones de la FIFA dentro de 18 meses y después la Copa del Mundo de la FIFA 2014”.
El comunicado continúa: “En este punto vamos a insistir que nuestros requisitos no cambiaron desde 2007, cuando el presidente Lula firmó las garantías del gobierno y que en realidad son las mismas que les solicitamos a cualquier otra sede de la Copa del Mundo de la FIFA en el pasado”.
Por su parte, el ministro brasileño del deporte, Aldo Rebelo, se hizo eco del comunicado de la FIFA, y declaró en la CNN: “La ley de la Copa del Mundo de la FIFA es un compromiso que el país adquirió cuando buscaba organizar el evento. Es importante señalar que Brasil pidió ser sede de este evento y en ese momento estuvimos de acuerdo con todos los requisitos. Nuestra meta era que se aprobara el proyecto de ley para finales del año pasado, así que en términos de la ley no estamos tan adelantados como lo estamos en términos de los estadios. Necesitamos avanzar y acelerar y confío que en marzo podamos terminar esto”.
Las palabras del ministro contrastan con la posición que sostuvo en noviembre del año pasado, mucho más agresiva contra la FIFA.  De este modo, la verdadera batalla se trasladaría al Congreso brasileño, el mismo poder que ha intentado cargar en más de una oportunidad contra los intereses de Ricardo Teixeira, el poderoso mandamás de la Confederación Brasileña de Fútbol y un influyente funcionario de la FIFA que aspira abiertamente a convertirse en el sucesor de Joseph Blatter.
Que Teixeira sea además el responsable del comité organizador de Brasil 2014 le ha garantizado a la prensa una renovada y suculenta tanda de negociados y escándalos para investigar, en medio de un panorama político en donde la presidente Dilma Rousseff ha ganado una notoria popularidad al mostrarse mucho menos tolerante que su antecesor con la corrupción gubernamental.
Para agregarle algo más de color local al asunto, uno de los más férreos opositores a las políticas de la FIFA y de Teixeira es nada menos que Romario, el fenomenal exgoleador de la verdeamarela, hoy diputado federal en el Congreso por el Partido Socialista Brasileño.  Aunque más de uno podría entrever en las combativas posturas del crack otro notorio caso de venta de humo en el fútbol, lo cierto es que la popularidad y el alto perfil de Romario lo han transformado en un verdadero dolor de cabeza para sus adversarios.
El final de esta disputa permanece abierto.  Pero, si dentro de dos años cualquiera de ustedes se encuentra alentando a Argentina en las tribunas del Maracaná con un vaso de birra en la mano, ya se van a dar cuenta de quién ganó.

FA Cup: El Liverpool eliminó al Manchester United


En una semana ideal, el Liverpool se cargó como local a los dos equipos de Manchester en las Copas y se tomó un respiro después de un comienzo de año donde su desvinculación de Adidas por “malos resultados” parecía ser la única  información que llegaba desde Anfield Road.
En la semana había eliminado al City en la semifinal de la Carling Cup y hoy, con Maxi Rodríguez como titular, superó por 2 a 1 al United en la Cuarta Ronda (dieciseisavos de final) de la FA Cup.
El partido pudo haber sido para cualquiera, se prestaron la pelota constantemente y las situaciones de gol no abundaron. Fue el danés Agger el que abrió el marcador a los 20 minutos con un cabezazo tras un corner en el que el arquero del Manchester United David De Gea quiso salir pero se quedo a mitad de camino empujando a Carrol y perdió de vista la pelota.
Como suele ocurrir, con la ventaja el Liverpool cedió la posesión y la visita se agrandó. A partir de ese momento y hasta el final de la primera mitad se vio lo mejor del Manchester United con la dupla Rafael – Valencia haciendose dueños del lateral derecho. Un taco del ecuatoriano habilitó al brasileño que llegó hasta el fondo y colocó un centro al ras para la llegada del coreano Park que igualó el marcador con un remate potente.
La segunda mitad no tuvo un claro dominador hasta los últimos 15 minutos en los que se notaba al equipo de Ferguson conforme con la posiblidad de un replay en Old Trafford y al Liverpool que con los cambios de Dalglish se animo a buscar la victoria. Kuyt, Adam y Bellamy fueron los elegidos por el entrenador para ingresar, sacando de la cancha entre otros a Steven Gerrard.
Cuando faltaban dos minutos un saque de arco de Reina peinado por Carrol habilitó al holandés Kuyt que le ganó la espalda a Evra y definió solo contra el arquero para darle la victoria a su equipo. A la alegría de la clasificación se le suma el cumplimiento de la sanción de 8 fechas por parte de Luis Suárez que podrá regresar en el próximo partido.
Al igual que el Liverpool, el Chelsea consiguió su pasaje a la quinta ronda al vencer como visitante al Queens Park Rangers por 1 a 0 con gol del español Mata de penal. La sorpresa de la jornada la dio el Brighton & Hove Albion de segunda división que en su casa superó al Newcastle por 1-0 con un gol encontra de Mike Williamson.
En la jornada de ayer habían conseguido la clasificación Tottenham (1-0 al Watford) y Everton (2-1 al Fulham), y mañana jugarán Sunderland – Middlesbrough y Arsenal – Aston Villa.

viernes, 27 de enero de 2012

El mundo a sus pies: Feyenoord 1970


Hoy vemos al primer equipo holandés campeón del mundo que, contra lo que podría suponerse, no fue el Ajax sino su rival, el Feyenoord de Rotterdam.
El campeón de Europa de 1970 tuvo un recorrido similar a su antecesor inmediato. Así como el Milan había visto festejar al Inter dos años seguidos, el Feyenoord había sido subcampeón en 1966, 1967 y 1968 del Ajax. En 1969 le pudo cortar el tetracampeonato a su rival y se clasificó para jugar la Copa de Campeones.
Los nombres más recordados de la Naranja Mecánica que deslumbraría al mundo en 1974 suelen provenir del cuadro de Ámsterdam, pero el aporte de su rival no es para nada menor. Theo De JongWim Jansen yWillie van Hagenem fueron piezas destacadas del equipo que revolucionó al fútbol, aunque como no eran delanteros sus nombres aparecen un poco relegados. También sería parte de la historia grande del fútbol el austríaco Ernst Happel, precisamente el técnico de la selección neerlandesa en 1978. En el momento de nuestro relato Happel había sido comenzado su carrera como entrenador pocos años antes. Se había destacado con el ADO de La Haya y en 1968 había asumido la conducción del Feyenoord, ganando el título local en el primer intento.
En la primera fase eliminó al KR islandés por un modesto global de 16 a 2 (?). En octavos de final dio el gran golpe cuando eliminó al Milan, campeón defensor. En la ida, jugada en Italia, el franco-argentino Néstor Combin marcó el único gol del partido, mientras que Jansen y Gretel van Hanegem dieron vuelta el resultado en Holanda. Idéntico desarrollo tuvo la serie en cuartos de final. Derrota 1 a 0 en Alemania Oriental contra el Vorwärts Berlín, y triunfo 2 a 0 de local. En semifinales el libreto cambió levemente. 0 a 0 contra el Legia Warszawa en Polonia y otro 2 a 0 en casa.

La final se jugó el 6 de mayo de 1970 en el estadio San Siro de Milán. El rival era el Celtic de Glasgow, campeón en 1967. Tommy Gemmell abrió la cuenta para los escoceses a los 30 del primer tiempo con un fierrazo a la salida de un tiro libre, pero dos minutos más tarde Rinus Israël, el prestamista del gol (?), empató de cabeza el partido. El resultado no se modificó hasta los 11 minutos del segundo tiempo suplementario, cuando el sueco Ove Kindvall marcó el gol del campeonato. El Feyenoord había triunfado allí donde su rival había fracasado el año anterior.

Feyenoord 2: Graafland; Romeijn (ST sup. Haak), Laseroms, Isräel, van Duivenbode; Hasil, Jansen, van Hagenem; Wery, Kindvall, Moulijn. DT: Ernst Happel.
Celtic 1: Williams; Hay, Gemmell, McNeill, Brogan; Murdoch, Auld (ST 32′ Connelly); Johnstone, Hughes, Wallace, Lennox. DT: Jock Stein.
Goles: Celtic: PT: Gemmel 30′. Feyenoord: PT: Israël 32′. ST sup.: Kindvall 11′.
Estadio: San Siro, Milan.
Árbitro: Concetto Lo Bello (Italia).



Goles y festejos de la final de la Copa de Campeones de Europa.



Del otro lado del Atlántico la cosa se empezaba a poner aburrida (?). El Estudiantes de Zubeldía mantenía su hegemonía al conquistar la Copa Libertadores por tercera vez consecutiva. Una vez más había tenido que recorrer un camino breve. Arrancó directamente en semifinales contra River, al que despachó tras ganarle 1 a 0 en el Monumental y 3 a 1 en La Plata. En la final enfrentó a Peñarol.

No solo Estudiantes se convirtió en el primer cuadro en ganar tres Libertadores consecutivas, sino que alcanzó al Carbonero en cantidad de copas ganadas. La primera final, disputada en La Plata al día siguiente de la final europea, favoreció a Estudiantes, que se impuso con un gol de Néstor Togneri a tres minutos del fin del partido. En la revancha, jugada ocho días después, los Pincharratas lograron sacar un empate sin goles en el Centenario y se consagraron tricampeones.
En agosto fue el turno de la final del mundo. Una vez más Estudiantes eligió el campo de Boca como escenario para jugar de local. El partido empezó bien para los argentinos que a los 10 minutos se imponían por 2 a 0 con goles de Echecopar y Verón. Pero a los 21 Kindvall achicó distancias, y a los 20 del segundo tiempo van Hanegem conseguía el empate que dejó a los europeos bien parados para la final.
Aquí puede verse el partido completo, filmado en la Bombonera con una única cámara.


Estudiantes 2: Errea; Pagnanini, Spadaro, Togneri, Malbernat; Bilardo (Solari), Pachamé, Echecopar (Rudzki); Conigliaro, Flores, Verón. DT: Osvaldo Zubeldía.
Feyenoord 2: Treijtel; Romeijn, Israël, Laseroms, van Duivenbode; Hasil, Jansen, van Hagenem (Boskamp); Wery, Kindvall, Moulijn. DT: Ernst Happel.
Goles: Estudiantes: PT: 6′ Echecopar, Verón 10′. Feyenoord: PT: Kindvall 21′. ST: van Hanegem 20′.
Estadio: Boca Juniors, Buenos Aires.


Dos semanas después llegó el duelo en el Viejo Mundo. En un duelo cerrado Joop van Daele fue el héroe de la noche al marcar el único gol del encuentro a los veinte minutos del segundo tiempo.

Feyenoord 1: Treijtel; Romeijn, Israël, Laseroms, van Duivenbode; Hasil (Boskamp), Jansen, van Hanegem; Wery, Kindvall, Moulijn (van Daele). DT: Ernst Happel.
Estudiantes 0: Pezzano; Malbernat, Spadaro, Togneri, Medina; Bilardo, Pachamé, Romero (Pagnanini); Conigliaro (Rudzki), Flores, Verón. DT: Osvaldo Zubeldía.
Goles: Feyenoord: ST: van Daele 20′.
Estadio: De Kuip, Rotterdam.



Gol de van Daele en la segunda final.





Con la copa el cuatrojos van Daale

En uno de esos episodios que le dan mala fama al Estudiantes de Zubeldía, Oscar Malbernat arrebató a van Daele las gafas que el jugador holandés usaba y se los pisoteó ahí mismo. No alcanzó sin embargo para revertir un resultado que le permitió al Feyenoord decir “¡Tekerematá Ajax!”… al menos por un par de años.

La dimensión simbólica de los clubes en la Unión Soviética


cska_moscu.jpgEl fútbol llegó a Rusia a la par que a la mayoría de Europa, a fines del S. XIX, y de la misma manera, importado por comerciantes ingleses En estos primeros años, el fútbol en la Rusia zarista era poco más que un pasatiempo para las clases privilegiadas. El acontecer de la guerra civil tras la revolución de Octubre de 1917, retrasó la creación de un campeonato organizado hasta el año 1936. Esto es, el campeonato se creó en plena época comunista. Los dirigentes comunistas sabían de la capacidad del fútbol para poner en juego símbolos de todo tipo, e intentaron controlar este fenómeno. La cuestión es ¿iba el poder comunista a permitir que en los enfrentamientos futbolísticos se (re)produjeran enfrentamientos regionales? ¿Podía concebirse disputas entre armenios y tayikos en los estadios, aunque fuera solamente en el plano simbólico del césped? O lo que es peor, ¿se podía permitir que, por ejemplo en Donetsk, se cantaran estrofas a favor de la independencia de Ucrania? Todas estas preguntas comparten una misma respuesta, un rotundo no.

Hemos de tener en cuenta que en la cosmovisión del sistema comunista, la única realidad identitaria de las personas es la de su pertenencia a la clase trabajadora. No existía más identidad, para ellos, que la de pertenecer a la clase obrera. Sea en Ucrania, Rusia o Uruguay, el obrero era obrero, no había posibilidad de otros ingredientes identitarios. Por ello, no se podían permitir bajo ningún concepto que en los estadios se dieran muestras de pertenencia a ideales nacionales (estonios, ucranianos, lituanos, etcétera), ni tampoco enfrentamientos de corte religioso, por ejemplo. De este modo, las autoridades soviéticas dibujaron un mapa de enfrentamientos que casara con la única identidad permitida: la de la clase. De este modo, cada club, que solo podía representar al obrero, fue adscrito a una parte del sindicato. Así, igual que se creó una literatura específica sobre los trabajadores del ferrocarril, estos, dispondrían de un club de fútbol que les represente en las competiciones soviéticas frente a los equipos de otros trabajadores (metalurgia, minería o ejército, por ejemplo). Y lo mismo sucedería con otros trabajadores.



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torpedo_moscu.jpgEn este mapa comunista, el Lokomotiv de Moscú era el club de los trabajadores del ferrocarril (si vemos los escudos de los diferentes Lokomotiv de los países de influencia soviética, vemos cómo en todos ellos se representa una locomotora o bien una rueda con dos alas, símbolo del ferrocarril), mientras que el Torpedo de Moscú representaba a los trabajadores del sector del automóvil (en el escudo aparece un automóvil) y el Dinamo de Moscú era el equipo del ministerio de interior. Los “Dinamo” son nombres que se daban a sociedades deportivas en la Unión Soviética. La palabra “dimano”, procedente del griego, significa “poder en movimiento”, y hay numerosos clubes que llevan ese nombre, como el Dinamo de Kiev, el Dinamo de Tbilisi (Georgia) o el Dinamo de Dresde y el Dinamo de Berlín, en la República Democrática Alemana.




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También se permitían equipos que encumbraran nombres de héroes soviéticos. El Shaktar Donetsk, por ejemplo, se fundó en 1936 con el nombre de Stakhanovets, en honor al obrero ruso Alexei Stakhanov, de fundador del movimiento estajanovista, que pretendía subir los índices de producción mediante la iniciativa personal de los obreros. El Stakhanovets cambió su nombre en 1946 por el de Shakhtyor Stalino, y posteriormente por el actual.


El club más potente era de la Unión Soviética el CSKA de Moscú, que es el equipo adjunto al ejército. CSKA quiere decir Tsentral’nuy Sportivnuy Klub Armiiy, en castellano, Club Central de Deportes del Ejército. El CSKA podía llamar a filas en cualquier momento a un jugador de cualquier otro club de la liga, por lo que siempre poseía una gran plantilla. De hecho, se les conoce con el sobrenombre de “los caballos”, porque generalmente, cuando un jugador era llamado a filas para formar parte del equipo, se le solía asignar a la unidad de caballería.

A medida que la Unión Soviética fue aumentando su área de influencia, fue instalando este mismo sistema en países como Checoslovaquia, Polonia, Hungría, Bulgaria o Albania. En Checoslovaquia, el Dukla de Praga era el equipo más identificado con el régimen. En Polonia, lo era el Legia de Varsovia, que era el equipo del ejército. En Yugoslavia, el Partirán de Belgrado era el equipo de Tito, etcétera.

Pero, como casi todo en la Unión Soviética, este sistema tenía grietas. Jamás se consiguió evitar que en los estadios de Ucrania, Estonia o Lituania, no se escenificaran las tensiones regionales. Cuando los equipos de la capital jugaban en estos lugares, a pesar de la visión oficial, eran los nacionalismos latentes en estas regiones los que daban vida al juego.

En la misma Rusia el Spartak de Moscú, que se debe al esclavo que se rebeló contra Roma, Espartaco) era, y es, el equipo más popular, por cuanto era el menos identificado con el poder soviético. En su estadio las victorias ante el CSKA de Moscú se veían como victorias parciales contra el régimen. En Hungría el Ferencvaros era el equipo que canalizaba la oposición a los comunistas, así como el Rapid de Bucarest rumano, frente al equipo del ejército, el CSA Steaua de Bucarest, del que fuera gran hincha Ceaucescu.


estrellarojabratislava.jpgSi echamos un vistazo a los escudos de los equipos de fútbol de los países de la órbita soviética, nos daremos cuenta de la implicación de los iconos típicos del imaginario obrero y comunista en ellos, como martillos, estrellas rojas, fábricas, tuercas, etcétera. Ejemplos de esto son el del Magdeburg, en la RDA, con los sucesivos cambios de nombre que sufrió, también el del Wismut Aue, en Hungría el Komloi Banyasz, el Ujpest Dozsa (cuyo escudo es similar al de los “Dinamo”); el Zaglebie Sosnowiec y el Zaglebie Walbrzych en Polonia, el ASA Tirgu Mures y el CCA Bucaresti, en Rumania, el Estrella Roja de Bratislava, el VSS Kosice, en Checoslovaquia o el CSKA Sofia, en Bulgaria, y un largísimo etcétera de clubes que en sus escudos incluían símbolos obreros.




metalist_karkov.jpgSi atendemos solamente a la Unión Soviética, los escudos de sus equipos, en su práctica totalidad hacen referencia directa a los sindicatos a los cuales estaban adscritos. Ejemplos de esto son el Metalist Kharkov, el Zaria Voroshilovgrad (ambos en la actual Ucrania) o el SKA Rostov, por no citar los casos ya nombrados del CSKA o el Lokomotiv de Moscú.

Con la desintegración de la Unión Soviética y la desaparición de la influencia comunista en los países antes “ocupados”, se produjo un fenómeno en la dirección contraria a la impuesta en años anteriores. Si bien en la URSS la mayoría de los equipos no sufrieron cambios en sus nombres (debido a que pocos de ellos fueron fundados antes de la era comunista), en los países bajo la su influencia ahora se trató de eliminar lo que supusieron algunos de los equipos adscritos al régimen comunista. Así, muchos de los clubes que el régimen comunista impuso en las primeras divisiones de cada país fueron descendidos a categorías inferiores (como si fueran recién fundados); otros sufrieron cambios en sus nombres (volviendo a los nombres de la época pre-comunista), y otros fueron comprados por multinacionales (como el Videoton húngaro, que durante unos años se llamó Parmalat). Así por ejemplo, en la antigua Checoslovaquia, el Dukla de Praga era el equipo del régimen. Subcampeón en 1988, hoy día navega por las tristes aguas de las divisiones regionales, tras sufrir el rechazo de los hinchas checos por aquello que representó. El caso contrario es el del Viktoria Zizkov, desaparecido y prohibido durante la era soviética y apoyado y reivindicado por los jóvenes anti-comunistas, que en 1993 volvió a la primera división.

Otro de los casos más destacables de cómo un club de fútbol, a pesar de los intereses de los dirigentes soviéticos, representaba simbólicamente las pretensiones nacionalistas de determinados grupos es el del equipo croata del Dinamo de Zagreb, que pasó a denominarse Croacia de Zagreb por exigencia del presidente de Croacia Franjo Tudjman, quien afirmaba que “el nombre de “Croacia” contribuía a la afirmación de Croacia, mientras que el nombre de “Dinamo” significaría a los ojos del mundo que los habitantes de ese país no se habían liberado todavía de la herencia bolchevique y balcánica” (citado en el artículo “Nacionalismos en los estadios de Yugoslavia”, de Iván Colovic, incluido en “Fútbol y pasiones políticas”, Temas de Debate, Madrid, 1999, edición a cargo de Santiago Segurola). Sin embargo, el nombre de Croacia de Zagreb nunca triunfó entre sus seguidores, y actualmente, el equipo se llama de nuevo NK Dinamo, aunque mantiene los colores de la bandera croata en su escudo. La evolución de la simbología del equipo, se aprecia perfectamente en el logo.


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En el caso del fútbol croata, señalar que los grandes rivales actuales, el Dinamo de Zagreb y el Hajduk Split, cuyos enfrentamientos actuales suelen estar protagonizados por graves incidentes, se hermanaron previamente a la guerra de Yugoslavia, a finales de los años noventa. Según el ensayista Ivan Colovic, sus hinchas, coreaban estos cánticos en las gradas:
Dinamo y Hajduk son de la misma sangre,
poco importa quien gane
Dinamo y Hajduk son dos clubes hermanos,
de los que toda Croacia está orgullosa.


Como curisidad, diremos que el Hajduk Split fue fundado en Praga, por estudiantes de la ciudad de Split, y que pusieron el nombre de “hajduk” en honor a los héroes románticos que se suponía que luchaban contra el imperio otomano en los siglos XVII y XVIII. Ha sido siempre un club con identidad croata, sin embargo, durante la época comunista se le permitió mantener el nombre y tuvo una gran popularidad, debido a que durante la ocupación italiana de la ciudad de Split en la Segunda Guerra Mundial, se negó a jugar en la liga italiana, y se unió a los partisanos de la isla de Vis, de los que pasó a ser su equipo. Después, el club y los jugadores se negaron a aceptar el ofrecimiento de Tito de trasladarse a la capital de Yugoslavia como equipo del ejército, y se mantuvieron firmes en su identidad croata, en aquel tiempo prohibida. Eso sí, como vemos, el escudo del Hajduk durante la época comunista no tenía las referencias croatas que ahora tiene.


evolucion_hajduk.jpg


En definitiva, el caso de la Unión Soviética nos puede mostrar cómo los dirigentes soviéticos, que pretendían controlar todas las esferas de la experiencia humana, sabían de la potencialidad del fútbol para canalizar símbolos. El mapa de enfrentamientos de sindicatos que aplicaron a su liga pretendía acotar esos símbolos dentro de los del imaginario obrero, intentando impedir que otras tensiones identitarias, como la nacional, la regional o la religiosa, se escenificaran en los estadios de fútbol. Esto fue, en la práctica, imposible. El fútbol, un espacio de expresión libre, como la literatura o el arte, es algo tan grande que es imposible controlar en su totalidad.


Bibliografía:
BACK, Les; CRABBE, Tim; SOLOMOS, John: “The changing face of football: racism, identity and multiculture in the English game”, Berg, Oxford, 2001
DUKE, Vic; CROLLEY, Liz: “Football, Nationality and the State”, Longman, 1996
SEGUROLA, Santiago (Ed.): “Fútbol y pasiones políticas”, Temas de Debate, Madrid, 1999.

miércoles, 25 de enero de 2012

Mirandés, ejemplo a seguir

www.cdmirandes.com
Anoche a todos nos conmovió la gesta del Mirandés. Afortunadamente, unos días antes a alguien se le encendió una lucecita en el cerebro en Mediaset, se hicieron con los derechos del partido de vuelta entre el cuadro rojinegro y el Espanyol y todos disfrutamos de un partido de fútbol puro. Sin polémicas, sin malos rollos, con todos los ingredientes de lo que es el fútbol en la inmensísima mayoría de lugares del mundo y con una culminación épica.


En Anduva, un pequeño campo de Segunda ‘B’, unos cuantos miles de aficionados desafiaron al frío y a la lógica del deporte para acabar celebrando sobre el césped con sus héroes, que a su vez muchos de ellos serían amigos entre sí. Las imágenes televisivas posteriores son preciosas: la gente abrazando y fotografiándose con Pablo Infante, el ‘banquero futbolero’, alma mater e insignia del equipo. César Caneda, único jugador del plantel que ha jugado en Primera, había llevado el éxtasis a las gradas unos minutos antes con su cabezazo en la agonía del descuento.
 
Nada tan humano como la espontaneidad de los personajes festejando con su gente sobre el tapete, en el vestuario luego, con naturalidad, eso que tantísimo echamos de menos en el actual fútbol de superélite donde hasta las celebraciones parecen mecanizadas. El de anoche es otro grito al cielo de ese fútbol puro que aún sobrevive pese a las muchas penurias, la base invisible que nos permite disfrutar de la vorágine que supone el deporte-negocio de hoy en día.




No seré tan hipócrita de pedir lo mismo en el futbol contemporáneo. No es posible. Pero si podría ser más humano, menos superficial. Obviamente todo el que ha llegado hasta las cotas más altas del futbol por endiosado que esté tuvo que sufrir lo suyo, pelear en campos de tierra y superar infinidad de obstáculos hasta llegar a lo más alto.
 
El dinero, la fama, las constantes loas de aduladores salidos de cada rincón y el acoso de prensa y parte de la afición acaban creándole una fobia al futbolista profesional que lo aleja de sus orígenes, creándole un escudo protector que los hace inaccesibles. Por fortuna, hay excepciones (cada día más escasas) y no todos son así. Hoy, los que amamos este deporte podemos vanagloriarnos con orgullo del Mirandés como lo hicimos en su día del Novelda, Figueres, Toledo o Numancia, gestas que renuevan la ilusión que nos ha llevado a tantos a hacer del fútbol un modo de vida. Felicidades Miranda de Ebro.

martes, 24 de enero de 2012

Guti jugará seis meses en el Schalke, según As


Según una información de AsGuti ha llegado a un acuerdo con el Schalke por el que jugaría con el club alemán los próximos seis meses. Allí se reencontraría con su buen amigo Raúl, que llegó hace un año y medio. El exmadridista rescindió su contrato con el Besiktas en noviembre y, pese a que comentó que no volvería a jugar en Europa, tiene el contrato acordado. Tal y como cuenta As, uno de los factores imprescindibles para que la negociación llegue a buen puerto ha sido la presencia de Raúl en el Schalke. Guti se mostró sorprendido con la llamada de Stevens, técnico del conjunto alemán, que le comentó el papel que tendrá en el equipo.
Vía | As