sábado, 29 de octubre de 2011

Camisetas clásicas: rossoneri siamo noi

Vayamos cien años atrás en el tiempo. Pensemos en aquellos últimos años del siglo XIX, cuando aquel deporte llamado foot-ball comenzaba a extenderse por el continente europeo desde Inglaterra, donde ya gozaba de una fortísima raigambre. Piense el lector en aquellos visionarios que un buen día decidieron importar aquel pasatiempo a sus respectivas ciudades. Fundaron clubes deportivos que, en la mayor parte de los casos, poco o nada tenían que ver con los gigantes mercantiles en los que se han convertido en la actualidad. Y eligieron unos colores. Cada uno los suyos. Representativos de su ciudad, de su origen, de su estrato social… o simplemente por casualidad o practicidad. Probablemente no sabían la trascendencia que tendría, cien años más tarde y durante todo un siglo, aquella aparentemente sencilla e intrascendente decisión cromática.
Se cuenta que cuando los ingleses Herbert Kilpin, Samuel Richard Davies y Alfred Edwards echaron valor al asunto y decidieron organizar el escaso tiempo de asueto que les dejaba su actividad profesional fundando el Milan Foot-ball and Cricket Club, no tuvieron ninguna duda acerca de los colores que vestiría el recién fundado club deportivo.
De la mano de Classic Football Shirts, la tienda especializada en camisetas antiguas, nos acercamos al fútbol con una perspectiva diferente, desde la de los uniformes con los que se ha construido la historia del deporte rey.
El rojo, el color de la fiereza, del ardor combativo, del ímpetu de sus jugadores… Y el negro, el color que identificaron con el miedo y el respeto que infundirían, ya desde aquel lejano 16 de diciembre de 1899, a sus rivales. Y son ya casi 112 años. 112 años en los que los futbolistas del Milan, heredero de aquel Foot-ball and Cricket Club, se han ganado el sobrenombre de rossoneri. Los rojinegros.


Pensar en rojinegro es hacerlo, casi de manera inmediata, en aquel mágico Milan de Arrigo Sacchi y los tres holandeses, Gullit, Rijkaard y van Basten. El súper equipo que Berlusconi montó en apenas un verano, recién adquirido el club, marcó una época y a una generación. En solo una temporada, Sacchi logró alzar el Scudetto y acabar con una época negra de nueve años de sequía. Sólo un año más tarde, en la campaña 1988/89, aquel torbellino rojo y negro conquistaba la Copa de Europa tras humillar por cuatro goles a cero al Steaua de Bucarest. Justo el año en el que se cumplían ¡veinte años! desde su último gran título continental.
Pero, volviendo al asunto textil, y pese a que la historia de la gran competición europea está trufada de anécdotas y partidazos en rojo y negro, asunto curioso es el que concierne a las finales del torneo disputadas por el conjunto lombardo. De las once finales en las que los milanistas han estado presentes (desde la primera, en 1958), en ocho de ellas han vestido con su habitual segunda equipación, en color blanco, mientras que sólo en tres han vestido de rossonero. Pese al peso de la tradición, se dice que el club tomó la decisión de disputar sus finales europeas, incluyendo las que estén por venir, vistiendo el citado color blanco. ¿El motivo? de las ocho disputadas con la segunda equipación, el Milan salió vencedor en seis de ellas (sólo dejó de lograrlo en 1995, ante el Ajax de van Gaal, y en 2005, ante el Liverpool de Benítez) mientras que de las tres disputadas con los colores habituales sólo logró alzarse con una, la de 1969.

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