martes, 24 de enero de 2012

Amor en verde y blanco




En 1981, ya ha llovido y sobre todo por aquellas tierras, cuatro post-adolescentes de Essex ponían Inglaterra patas arriba y hacían bailar a todo el país sacando sonidos de un par de sintetizadores de andar por casa. Era su lanzamiento al estrellato, su búsqueda de un lugar dentro de un panorama musical estratosférico, abrumadoramente rico en estilos, matices y tendencias. Cuando aquellos embrionarios Depeche Mode pegaron el pelotazo con ese himno inolvidable que es‘Just can’t get enough‘, el actual capitán del Celtic Scott Brown no había nacido y los padres de Gary Hooper, probablemente el jugador más decisivo de los Bhoys en la actualidad, ni siquiera se conocían.
Sin embargo, ‘Just can’t get enough‘, pese a la aparente lejanía en el tiempo, suena como nunca en el graderío de Celtic Park. Potente, sonora y colectiva, extraordinariamente colectiva. Es lo que tienen los himnos generacionales, que son atemporales e inmortales, jamás caducan o se pasan de moda, ni pierden su vigencia y su frescura por muchos años que hayan pasado.
‘When I see you Celtic, I go out of my head, I just can’t get enough…’

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