Gales, Giggs y los Juegos Olímpicos

No se habían disputado los Juegos Olímpicos de Barcelona y ni siquiera el Barça había logrado todavía una Copa de Europa. Hablamos del 2 de marzo de 1991 cuando un joven Ryan Giggs debutaba con el Manchester United. Ahora, después de renovar un año más con el club de su vida va a romper con su única deuda pendiente como futbolista profesional. Giggs, que luchó durante años para llevar a Gales a una fase final, ha conseguido captar la atención de Stuart Pearce para estar en la gran cita olímpica de Londres. El próximo mes de noviembre cumplirá 39 años en lo que se presume va a ser su última campaña en activo sin haber disputado ni Mundial ni Eurocopa.

Jack Rodwell posa con la camiseta de Gran Bretaña para los Juegos Olímpicos

Ingleses zurdos

En los años 90, media Inglaterra miraba con envidia a Gales ya que ellos si tenían a un zurdo de garantías en el centro del campo. Desde hace décadas, los ingleses esperaban que ese fuese Lee Sharpe (zurdo del United al que Giggs pasó por encima desde muy pronto) pero nunca hubo un Giggs en la selección inglesa. Pasaron los años y Giggs iba asumiendo que su País de Gales no iba a jugar jamás una fase final. En 2003 rozaron la clasificación para la Eurocopa pero un maldito play off con Rusia les dejó fuera. En mayo de 2007, Giggs decide poner fin a su carrera internacional y al mismo tiempo a un sueño que nunca se cumplió.

Fin al gafe

Los Juegos Olímpicos de Londres significan todo para Giggs. No va a representar a Gales aunque la selección de Gran Bretaña si cuenta con más galeses como Bellamy o Ramsey que acabarán, de alguna forma, con la maldición de un país que ha dado enormes futbolistas como Mark Hughes, Ian Rush o el mismo Gareth Bale. Los Juegos Olímpicos comienzan con una leyenda en la competición que inventó el país organizador. A veces el deporte recompensa a aquellas carreras marcadas por una maldición. La de Giggs queda saldada con esta cita tan especial.