
Era una prueba de fuego, en cierto punto, para el mejor equipo de la
historia. El rival sudamericano predisponía un juego diferente, una
manera más aguerrida, otra cultura al momento de tratar el balón que
podía complicar al Barcelona, como lo había hecho el Estudiantes de
Sabella en su momento.
Sin embargo, esta sinfonía de fútbol llamada Fútbol Club Barcelona no
entiende de rivales. No le importa quién esté enfrente, porque ellos
serán siempre los que van a proponer. “Al fútbol se juega con una pelota”, sostiene cada vez que puede Juan Román Riquelme, y la pelota es siempre del Barça. Esa es su mejor defensa.
Mourinho supo como jugarle en aquella recordada definición con el Inter en la Champions 2009/2010. De
allí, los equipos que lograron vulnerar a este Barcelona fueron muy
pocos. Incluso desafío a que se los cuente con los dedos de una mano.
Guardiola es el director de esta orquesta, una banda que viene
tocando desde hace tiempo y que, al parecer, más que erosionar su
rendimiento, lo hace cada día más fuerte. Es que el Barcelona
puede eliminar con tranquilidad a sus rivales de la Liga, puede llevarse
algún tropezón cada tanto, pero cuando tiene que ganar un partido, lo
hace.
Pasó recientemente con el derby en el Bernabeu, también lo fue en la final de la Champions contra Manchester. El
Barça nunca te defrauda, y hoy lo volvió a demostrar, de la mano (otra
vez) de su primer violín que se llama Lionel Andrés Messi.
Dos goles a pura velocidad le sirvieron para opacar a un Neymar que
fue más que intrascendente. No hubo participación del brasileño, quien
sólo remató una vez al arco en todo el encuentro.
¿Qué decir de Iniesta, Xavi y Fábregas si es que todos los elogios se
los lleva el 10? ¿Qué decir de Dani Alves que rompe las líneas
constantemente y ya todos sabemos que no es un defensor sino un
mediocampista/delantero más? ¿Qué decir de Busquets, el jugador más
silencioso de este equipo que no da un pase mal?
“Barcelona no es imbatible, pero en este partido aprendimos a
jugar” destacó Neymar. Siempre es bueno que alguien de cátedra, y en la
materia fútbol el jefe no es otro que el FCB. Fue un 4 a 0 contundente. Letal, donde el rival casi ni existió.
La hegemonía del Barcelona parece no tener final. El horizonte
vislumbra que la cima del fútbol mundial tendrá los colores culés por
bastante tiempo. Ni los más defensivos, resultadistas, amarretes
y mezquinos pueden hacerle frente a este equipo. Los buenos siempre
ganan. Los detractores deberán seguir esperando porque la sinfonía seguirá tocando.
Los goles de Barcelona 4 – Santos 0
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